Los ácaros que habitan en los dormitorios, a pesar de ser microscópicos, producen suciedad y excrementos que pueden producir alergias y resultar nocivos para la salud.
Niños, personas de la tercera edad y adolescentes son más propensos a desarrollar una alergia, aunque éstas pueden aparecer a cualquier edad y establecerse de manera crónica.
Estas alergias pueden producir afecciones respiratorias como rinitis crónica y asma, infecciones de la piel, eczemas o conjuntivitis.
En el dormitorio los ácaros se pueden encontrar en la ropa de cama: sábanas, mantas, edredones, etc. pero también en otras prendas habituales en los dormitorios como cortinas, alfombras o moqueta, cojines, sillones, etc.
Para erradicar los ácaros se recomienda ventilar las habitaciones a diario, pasar la aspiradora a alfombras y moquetas una vez a la semana. Evitar temperaturas en el dormitorio superiores a 18ºC.
En cuanto a la ropa de cama, en las tintorerías se ofrecen tratamientos antiácaros que higienizan edredones, colchas, mantas, cortinas... y evitan los ácaros y sus huevos durante varios meses.