Duración del Sueño
El sueño es esencial para la salud y bienestar, y sus patrones cambian significativamente a lo largo de la vida debido a factores biológicos, psicológicos y sociales. En términos generales, la necesidad de horas de sueño es máxima en el primer año de vida, muy alta durante la infancia y va progresivamente disminuyendo hasta el final de la adolescencia.
Según las recomendaciones de la Sleep Foundation para población sana con sueño normal, la duración adecuada del sueño para los recién nacidos sería entre 14 y 17 horas, los bebés entre 12 y 15 horas, los niños pequeños entre 11 y 14 horas, los preescolares entre 10 y 13 horas y los niños en edad escolar entre 9 y 11 horas.
Para los adolescentes, se consideró adecuado de 8 a 10 horas, de 7 a 9 horas para adultos jóvenes y adultos, y de 7 a 8 horas de sueño para adultos mayores.
Las duraciones del sueño fuera del rango recomendado, pueden ser apropiadas, aunque no es lo habitual. Las personas que de forma habitual duermen fuera del rango normal pueden mostrar signos o síntomas de problemas de salud o, si lo hacen voluntariamente, pueden comprometer su salud y bienestar.
Infancia y Niñez
Los recién nacidos duermen entre 14 y 17 horas al día, distribuidas en múltiples siestas. A medida que crecen, su sueño se consolida en bloques más largos durante la noche, con una o dos siestas diurnas. Los niños en edad escolar necesitan entre 9 y 11 horas de sueño nocturno para apoyar su desarrollo.
Adolescencia
Durante la adolescencia, el reloj biológico se retrasa, causando que los adolescentes se acuesten y despierten más tarde. Necesitan entre 8 y 10 horas de sueño, pero a menudo no las obtienen debido a las exigencias escolares y sociales, lo que puede afectar su salud mental y rendimiento académico.
Adultos
Los adultos jóvenes y de mediana edad requieren entre 7 y 9 horas de sueño por noche. Las responsabilidades laborales y familiares pueden interferir con la calidad y cantidad de sueño, lo que subraya la importancia de mantener una rutina de sueño regular y un ambiente propicio para dormir.
Séniors
En los adultos mayores, el sueño se vuelve más fragmentado y superficial. Las personas mayores tienden a despertarse más durante la noche y a acostarse y levantarse más temprano. Estos cambios pueden deberse a enfermedades crónicas, medicación y alteraciones en el ritmo circadiano.
Estructura del Sueño en adultos mayores:
Sueño Ligero: Los adultos mayores experimentan más sueño ligero (fases N1 y N2) y menos sueño profundo (fase N3) y REM.
Despertares Nocturnos: Es común que se despierten más frecuentemente durante la noche, fragmentando el sueño.
Cambios en el Ritmo Circadiano
Avance de la Fase de Sueño: Las personas mayores tienden a sentirse somnolientas más temprano en la tarde y a despertarse más temprano en la mañana, un fenómeno conocido como avance de fase circadiana.
Factores que Afectan el Sueño en los adultos mayores:
Condiciones Médicas: Afecciones crónicas como la artritis, diabetes, apnea del sueño y problemas cardiovasculares pueden afectar negativamente el sueño. El dolor crónico también puede interrumpir el sueño.
Medicamentos: Algunos medicamentos tienen efectos secundarios que interfieren con el sueño, como diuréticos, antidepresivos y medicamentos para la presión arterial.
Factores Psicológicos: El estrés, la ansiedad y la depresión si están presentes pueden afectar la calidad y la duración del sueño.
Estilo de Vida: La actividad física regular y una rutina de sueño estable son beneficiosas para mejorar la calidad del sueño.