Privación de Sueño
La privación parcial de sueño, o no dormir el tiempo suficiente y con la calidad necesaria, puede tener serias consecuencias a nivel neurocognitivo, emocional y en la salud física, entre las que se encuentran:
Hiper Somnolencia Diurna
Diversos estudios evidencian lo que probablemente ya has notado: cuanto menos horas se duerme, mayor es la somnolencia diurna. La somnolencia diurna puede interferir en las actividades de la vida diaria, además hay que añadir los problemas cognitivos que produce la privacidad de sueño.
Problemas Cognitivos
Con la privacidad parcial de sueño, se producen mayores problemas de concentración, de memoria, se dificulta la dedicación a hobbies, a finanzas caseras, a conducir o utilizar transporte público. Interfiere en el rendimiento laboral, etc.La atención y ciertas funciones ejecutivas se ven afectadas. Más concretamente, la atención sostenida, la memoria de trabajo y otras habilidades cognitivas como la habilidad de planificación, de coordinación de acciones orientadas a objetivos, la flexibilidad, etc.La capacidad de aprendizaje también puede verse afectada, así como la consolidación de la memoria.
Regulación Emocional
Parece que existe una relación bi-direccional entre sueño y regulación emocional. El sueño nos ayuda a integrar las emociones. En situación de privación de sueño los sentimientos son más negativos, se producen trastornos del ánimo, irritabilidad, cambios negativos de humor, fatiga, cansancio, pérdida de energía, confusión, mayor ansiedad y alteración en proceso de emociones, baja tolerancia a la frustración, afecta a la capacidad de afrontamiento, incluso hay mayor predisposición a trastornos psiquiátricos.
Salud Física
Algunos estudios sugieren que la privación de sueño, incrementa el riesgo de obesidad, intolerancia a la glucosa y diabetes tipo 2 entre un 25-50%. También se produce mayor vulnerabilidad cardiovascular y de hipertensión. Puede afectar también a las funciones inmunes.
Incremento de la Mortalidad
No se sabe aún si existe causalidad pero sí hay estudios que correlacionan el dormir pocas horas y también demasiadas, con un mayor riesgo de mortalidad a causa de diabetes Tipo II, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardiaca congestiva e hictus. La correlación es con una mayor probabilidad de inicio de la enfermedad y con un peor curso de la misma. Además el riesgo empeora con la edad.